- Recorrido básico: Esta ruta comienza en el Morgallón y nos lleva hasta el refugio de pescadores de Ulló para desde allí volver por el monte de Ínsua que tiene unas vistas panorámicas impresionantes sobre el río Sor desde nuestro punto de inicio.
- Dificultad: Baja
- Distancia: 9,3 km aprox.
- Tiempo de recorrido: 3 horas
- Valoración M.I.D.E.:
- MEDIO (severidad del medio natural): 1
- ITINERARIO (orientación en el itinerario): 2
- DESPLAZAMIENTO (dificultad en el desplazamiento): 3
- ESFUERZO (cantidad de esfuerzo necesario): 2
- Coordenadas del inicio del recorrido: 43°42’13,72”N; 7°41’41,35”O
Se trata de una ruta de senderismo homologada en septiembre de 2001 por la Federación Gallega de Montañismo con la inscripción PR-G 8 que recorre en su mayor parte, la orilla del río Sor. En esta ruta nos encontraremos con un telesilla, una presa de retención, un refugio y al lado el centro para capturar reos.
Durante la primera parte del trayecto no nos separamos nunca del río. A nuestro paso vemos en primer lugar, pero en la orilla contraria, una mini central hidroeléctrica abandonada. A continuación la desembocadura de un pequeño afluente del Sor, el río Riobarba. Seguimos caminando hasta encontrarnos con una bonita presa de retenida en la que se pueden ver los vasos que permiten lo remonte de los reos.
A unos cien metros de esta presa encontramos un telesilla colgante para cruzar el río y continuamos nuestro recorrido hasta encontrar un molino de agua abandonado.
Llegamos a PonteUlló, donde hay un centro de captura de reos además de un merendero para reponer energías.
La conservación del reo tiene mucha importancia ya que es un pescado que sólo se encuentra en las costas y ríos de Galicia y del Cantábrico.
El reo recibe distintos nombres populares dependiendo de su tamaño y de la época en la que remonta el río: maiolo, cereixolo y castañolo. Esto depende de la época en que remontan. En mayo suben los maiolos, en los meses de verano, coincidiendo con la época de las cerezas, los cereixolos; y ya llegando el otoño, coincidiendo con la época de las castañas, los castañolos.
En nuestro recorrido seguro que verás muchos insectos y otros invertebrados acuáticos. Algunos como las libélulas, los caballitos del diablo, las cachipollas o las efímeras tienen una doble vida, primero acuática y después aérea, que al mismo tiempo les ayuda a evitar uno de los problemas con el que se encuentran, la vida en las corrientes de agua: la deriva.
La primera parte de su ciclo vital la pasan en el interior del río que en el caso de las libélulas puede llegar a durar hasta cuatro años. Cuando acaba esta fase mudan y se transforman en adultos.
Durante esta fase vuelan en las cercanías del río donde se alimentan y reproducen. Para evitar que la corriente los acerque cada vez más a la desembocadura (fenómeno que se conoce como deriva), remontarán río arriba para depositar los huevos sobre plantas de las riberas.
En el caso de algunas cachipollas su vida adulta es tan breve que carecen de aparato bucal, y no se pueden alimentar, siendo la reproducción su única función como adultos. Se conocen también con el nombre de efímeras pues su vida es muy corta, efímera.
El estudio y conocimiento de los invertebrados de agua dulce es una importante herramienta científica para conocer el estado ambiental de un río, ya que son magníficos indicadores biológicos.
Desde este punto emprendemos el camino de vuelta hasta Morgallón y lo hacemos por la otra ala del monte Ínsua, un monte con característica de isla, de ahí su nombre, debido al caprichoso meandro que formaelSor a escasos kilómetros de su desembocadura.
Finaliza la ruta cuando llegamos a las casas del lugar de Monte Ínsua y volvamos a subir a Morgallón.